BRING THE SUN HOME GANA EL FESTIVAL DE CINE Y DERECHOS HUMANOS DE SAN SEBASTIÁN

El afable y humilde documental Bring The Sun Home que trata del empoderamiento de las mujeres de comunidades tradicionales del Tercer Mundo ha dado la sorpresa alzándose con el premio del público en el marco del Festival de cine y derechos humanos de San Sebastián. La favorita para llevarse el galardón era sin duda alguna Difret, la ópera prima de Zeresenay Mehari, la cual había contado con la participación de Angelina Jolie en la producción de la misma y no sólo eso, sino que había obtenido el premio del público en festivales tan reconocidos como Sundance y Berlín, pero al final Bring The Sun Home, que fue la última película en ser proyectada dentro de la sección oficial, fue la que se llevó el gato al agua. Pocos esperaban que Difret fuera desbancada del primer puesto de la lista de votaciones y menos por una obra como la desconocida Bring The Sun Home, que fue realizada con pocos medios, pero con mucha determinación.

La producción italiana Bring The Sun Home (2013) de Chiara Andrich y Giovanni Pellegrini trata sobre las mujeres de comunidades tradicionales que emprenden un largo viaje a la India para poder aprender el funcionamiento de los paneles solares. En sus comunidades no disponen de electricidad porque son lugares que están alejados de los centros urbanos, y la asociación Barefoot College que se dedica desde 1972 a promover la educación y el empoderamiento de las mujeres a través del aprendizaje en el campo de la energía solar las invitó a Tilonia para que pudieran convertirse en expertas en ingeniería solar. Estas sencillas madres de Perú o de El Salvador no contaban que alguien (un extraño ajeno a su comunidad) confiara en sus habilidades y aptitudes y les diera la oportunidad de hacer ese viaje que cambiaría sus vidas y las de sus seres queridos. Aunque al principio les costó adaptarse al contexto indio por no saber nada de inglés, demostraron una enorme capacidad y voluntad para el aprendizaje. La película nos muestra que si las personas confían unas en otras todas ellas pueden aportar algo valioso al conjunto de la sociedad. Como es sabido las personas necesitan de apoyo y comprensión para poder llevar a cabo sus proyectos vitales.

RETRATO DE LAS MUJERES VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA Y ABUSO SEXUAL

Difret (2014) es una de las escasísimas producciones cinematográficas realizadas en Etiopía por un cineasta etíope, pero gracias a la colaboración de Angelina Jolie ha sido estrenada y premiada en los festivales más prestigiosos del mundo. Se estrenó en la pasada edición del festival de cine de San Sebastián dentro de la sección de Perlas, aunque el premio del público se la llevó The Salt of The Earth de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado. La historia que cuenta Zeresenay Mehari está basada en hechos reales y trata sobre el matrimonio por rapto, una arraigada tradición que profesaban los habitantes de las zonas rurales del país todavía en los años 90. La estructura narrativa es clásica y convencional, pero el relato tiene mucha fuerza, así que, cumple de manera eficaz con su objetivo, que es denunciar una tradición que oprimía y esclavizaba a muchas niñas y adolescentes en Etiopía.

La tradición era bien sencilla: El hombre secuestraba a una niña, la violaba y de este modo la convertía en su legítima esposa. Con la violación se aseguraba de que ella no se escaparía de su lado porque una mujer soltera que no fuera virgen no sería respetada en su comunidad. En ese caso, sería como una muerta viviente, a ojos de sus vecinos y familiares estaría desahuciada de por vida.

Por consiguiente, las niñas no tenían otro remedio que asumir el rol de esposas sumisamente. Por desgracia, no eran libres de elegir su propio destino, ya que, en su comunidad eran consideradas complementarias del hombre. No podían poseer una vida propia, autónoma, independiente, ya que, sus destinos estaban ligados irremediablemente a sus maridos. Sin embargo, las tradiciones cambian con el tiempo y gracias a la lucha de mujeres abogadas como Meaza Ashenafi el sistema de derecho de Etiopía prohibió el matrimonio por rapto.  

 

The Storm Makers (2014) dirigida por Guillaume Suon y producida por el reconocido cineasta camboyano Rithy Panh, autor de L’image manquante que fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2014, es un estremecedor y esclarecedor documental que cuenta la historia de las mujeres camboyanas que son vendidas como esclavas a hombres ricos de Tailandia y Malasia y que una vez que se encuentran en el extranjero, lejos de casa y sin papeles no pueden hacer nada más que aceptar su rol de sumisión y sometimiento. Algunas de ellas se arriesgan a perder su vida a manos de sus encolerizados amos y las que logran escaparse de casa pueden llegar a parar a la cárcel. Hay que señalar que los hombres camboyanos también sufren explotación y humillaciones de todo tipo por parte de sus amos, pero la película se centra en la vida de estas pobres mujeres que han sido engañadas por sus propios compatriotas haciéndoles creer que iban a ganar dinero fácilmente en el extranjero.

Sin embargo, la obra en cuestión adquiere más valor si cabe porque no se dedica solamente a dividir el mundo en buenos y malos (amos y esclavos), sino que intenta comprender la naturaleza humana en toda su complejidad. Por ello, recoge los testimonios de aquellos que trabajan en las agencias que venden estas personas a los ricos, y que al parecer no tienen ningún remordimiento porque algunos eran tan pobres como sus víctimas. Además el director destaca el testimonio de una de las víctimas que logró escapar de Malasia después de estar 2 años sometida a su amo y que era golpeada constantemente, y que pone de manifiesto que las víctimas pueden convertirse en verdugos. Este hecho resulta revelador, y demuestra que los roles que asumimos a lo largo de la vida pueden variar. Como se sabe la violencia genera más violencia y no resulta nada fácil salir de esa espiral de violencia que no tiene fin. Según Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim la metáfora del amo y del esclavo no es cierta en su forma simplificada, ya que, el hombre tiene que ejercer de esclavo para ganarse la vida y para poder alimentar las bocas hambrientas de su casa.

Dreamcatcher (2015) dirigida por la autora inglesa Kim Longinotto retrata el día a día de las mujeres que se dedican a la prostitución en Estados Unidos. Es verdaderamente un documento contundente y nada complaciente, y la cineasta, especialista en tratar la discriminación y la violencia que sufren las mujeres de todo el mundo con obras como Sisters in Law (2005), quiere mostrar en esta ocasión la dura realidad que viven estas mujeres que arriesgan su vida al dedicarse a la prostitución en las grandes urbes como Chicago. El tema de la prostitución siempre genera mucha polémica, pero lo que el documental muestra claramente es que todas las que aparecen han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niñas.

Por lo tanto, es lógico que estas mujeres que han sido violadas y abusadas sexualmente por sus familiares más cercanos y amigos de la familia (han sido vilmente traicionadas por aquellas personas que tenían el deber de amarlas y de protegerlas) hayan acabado trabajando en la calle. Una persona que no ha recibido apoyo ni amor de sus seres queridos acaba asumiendo que no vale nada y acepta su destino sin cuestionarse su “naturaleza”. Las víctimas suelen creer que la violencia que han padecido ha sido por culpa suya. Los comportamientos que han sido interiorizados durante la infancia son muy difíciles de cambiar, y mucho más si éstos han sido provocados por relaciones malsanas y enfermizas, pero como nos muestra Kim Ki-duk en su obra maestra Bin-jip (2004) uno puede desembarazarse del rol que ha representado en el pasado si se esfuerza. Las creencias y las ideas que tenemos de nosotros mismos repercuten en nuestras acciones cotidianas, así que, es indispensable el amor y la comprensión de otra(s) persona(s) para que uno recupere la confianza perdida en sí mismo. Dreamcatcher es una fundación creada por Brenda Myers-Powell, una mujer afroamericana que trabajó durante 25 años en la calle y ella es el vivo ejemplo del hecho de que las personas no tienen una esencia, una substancia que les condene a cumplir con lo establecido por sus semejantes. Una persona puede conseguir cualquier objetivo si es capaz de dejar atrás sus miedos.

 BEÑAT EIZAGUIRRE INDO.-

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