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BOHEMIAN RHAPSODY: LA RESURRECCIÓN DE MERCURY
octubre 29, 2018 Articulos

Aviso para cinéfilos: Bohemian Rhapsody  no es la biografía de Freddie Mercury, sino que explica la historia de Queen, desde sus orígenes hasta los rifi-rafes con su productor musical a propósito de Bohemian Rhapsody. También profundiza en las relaciones entre los cuatro miembros de la banda, tanto a nivel personal como profesional, su relación con Mary, la primera y única mujer de Freddie, que siempre estuvo a su lado y fue su «voz de la conciencia» y la trayectoria de Queen y de Freddie Mercury hasta terminar en el apoteósico concierto en Wembley, Live Aid, para recoger fondos para África.

Y la película, a caballo entre el biopic, el musical, el drama y la comedia engancha, y no sólo lo hace para los admiradores y nostálgicos de Queen, en particular, y de su carismático líder, Freddie Mercury, sino para aquellos a los que les interese quién había detrás de un mito, sin esquivar los problemas sexuales de Freddie, el sensacionalismo de la prensa, el vampirismo de algunos de sus mal llamados amigos o malas influencias que le llevaron a su descenso a los infiernos. Se habla de bisexualidad, de homosexualidad, de drogas, etc, sin reparos, aunque el film no sea explícito ni desagradable en este sentido, sino bastante puritano -cosa que igual algunos lamentarán-.

Pero, sobre todo, engancha por el magnetismo tan arrollador de Rami Malek quién se transforma ante nuestro ojos literalmente como Freddie Mercury y que parece que ha nacido para este rol -tan diferente al de Elliot de Mr.Robot, por cierto-. A su lado no palidece un buen plantel de secundarios, entre los que destacan la siempre estupenda Lucy Boynton (Sing Street, Apostle), Gwylim Lee (como Brian May), Ben Hardy (como Roger Taylor), Joseph Mazzello (como John Deacon), sin olvidarnos de Aiden Gillen (el manager John Reid), Tom Hollander (el abogado Jim Beach) y Mike Myers (como el productor Ray Foster). Todos ellos arropan y dan brillo a la figura de Mercury, tan llena de luces y sombras como la vida misma.

No obstante, sus problemas con la realización del film que pasó de Bryan Singer a Dexter Fletcher -director no acreditado- se notan en su dirección que, aunque resultona, no es para nada impecable, se echa de menos que los conciertos estén filmados con más garra y sean más inmersivos, suerte que está la bestia parda de Rami Malek y los temazos de Queen para hacernos olvidar de esto. Aunque Bradley Cooper mueve mejor la cámara en Ha nacido una estrella que lo que vemos aquí. Aún así, aunque sea un biopic convencional en cuánto a realización y temática, la película mola y funciona. Los 20 minutos finales son de auténtica piel de gallina para cualquier espectador.

SONIA BARROSO.-

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