Atómica es la nueva película de acción de David Leitch, responsable de cintas del género, como John Wick y su secuela, en esta ocasión adaptando la serie de novelas gráficas The Coldest City (La Ciudad más Fría). Lorraine Broughton (Chalize Theron) es una agente del MI6, servicio de inteligencia británica, enviada al Berlín de la Caída del Muro, para tratar de esclarecer la muerte de otro agente y al mismo tiempo, de recuperar una lista donde hay nombres muy comprometidos y que podría no hacer caer el Telón de Acero. Berlín es una ciudad con luces de neón, mucha vida nocturna y música ochentera a todo trapo,llena de espías,de secretos y de engaños,donde nadie es lo que parece y en que uno no se puede fiar ni de su propia sombra. Allí contactará con David Percival (James McAvoy), el agente de base en Berlín, un compañero con pocos escrúpulos, y con varios agentes de uno y otro bando. Asimismo, tendrán que colaborar para ayudar a pasar de un lado a otro de la ciudad a un agente de la Stasi con memoria fotográfica, Spyglass (Eddie Marsan) y tratar de desenmarcarar a un agente doble.
Ésta es, a grandes rasgos, la intrincada trama de acción y espionaje que propone la cinta. Una cinta que no pretende ser histórica, aunque situe a sus personajes en una ciudad y en un momento histórico relevante para Europa, sino que sus pretensiones son crear una cinta de acción y violencia con una atmósfera estilizada y unos protagonistas muy cool, que fuman, beben vodka, visten a la moda, actúan libremente y tienen escaso sentido de la consciencia y/o del deber.
Uno de los puntos fuertes de la cinta son las secuencias de acción -atención a la pelea de la protagonista en una escalera, a la huída con Spyglass y al tramo final-. El otro es la creación de un nuevo icono del cine de acción por parte de Charlize Theron, no en vano su Lorraine es todo un personaje femenino, con fuerza, arrojo y fiereza y, en este sentido, nos recuerda al de Imperator Furiosa, de Mad Max Furia en la Carretera, aunque las dos películas no tengan demasiado que ver, aparte de ser dos cintas de acción. Asimismo, un punto llamativo es la orientación sexual de la protagonista, que no se rige por los cánones establecidos en este tipo de propuestas.
Por otra parte, un punto débil es que el resto de personajes, a excepción del David Percival de James McAvoy, también muy acertado y salvaje, están desdibujados. Asimismo, encontré a faltar un guión que esclareciera la trama de espionaje y potenciara aún más los personajes y el carácter fuerte, independiente y «romántico» de unos agentes cuyo mayor placer es engañar al que engaña.
SONIA BARROSO.-