NEOWESTERN 4: EL EL TREN DE LAS 3:10, EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COBARDE ROBERT FORD Y EL BUENO, EL MALO Y EL RARO

El tren de las 3:10 (James Mangold, 2007)

El tren de las 3:10 es el remake de la película homónima de 1957, que fue dirigida por Delmer Daves, con el que James Mangold se mete de lleno en el universo Western y del que podemos decir que es una rescritura violenta del clásico que además viene acompañada por las magníficas interpretaciones de su reparto en conjunto.

Esta historia, basada en el relato corto de Elmore Leonard, nos presenta a Dans Evans (Christian Bale) un granjero sumido en la desesperación debido a los problemas económicos que pueden hacerle perder su rancho. Ante la incapacidad de sustentar a su familia, Evans decide unirse a la cuadrilla que ha de escoltar al criminal Ben Wade (Rusell Crowe) hasta la ciudad de Contention donde deberán asegurarse de que tomará el tren de las 3:10 con destino a Yuma para ingresar en prisión.

El camino es largo y todos los hombres son pocos para custodiar al reo, pero no todos los hombres quieren aceptar un encargo tan arriesgado, la banda de Wade estará al acecho, son peligrosos y como no podía ser de otra forma en el lejano oeste van armados hasta los dientes, no tienen escrúpulos y carecen de moral.

Las decisiones de Mangold en la dirección son muy acertadas ya que imprime buenas dosis de tensión dramática y su narrativa no deja lugar a los espacios muertos. La cinta está provista de bastante rudeza, aunque si bien es cierto no peca de abusar de ningún tipo de ensañamiento. Nos plantea la eterna encrucijada entre el bien y el mal, las interrogantes típicas sobre si existe la redención o si una persona de honor lo será siempre a pesar de las tentaciones, y lo hace de una forma muy orgánica y nada ornamentada por lo que al espectador le resulta muy fácil subirse a este tren y creérselo. Mangold no nos propone un western visual, no nos enseña enormes praderas ni idílicos escenarios, no hay apenas belleza exterior, por lo que resulta así un western un tanto diferente, donde encontramos ciertos tintes psicológicos y con un buen ritmo.

Pero esta película no sería lo que es sin la química brutal que existe entre sus dos protagonistas: Christian Bale y Rusell Crowe, que consiguen aportar a sus personajes mucha verdad, con muchos matices y que cada plano que comparten es un placer para cualquiera que decida invertir su tiempo disfrutando de esta cinta. Bale y Crowe se ven muy bien acompañados por Peter Fonda y donde Logan Lerman demuestra su muy buen hacer en el oficio.

El tren de las 3:10 es otro western fuera de su tiempo que enfrenta el pasado y al presente de forma un tanto cínica y que en algunos momentos, dependiendo de lo que nos esté contando, se pone serio o se ríe de sí mismo y que de que sea el espectador quien decida ante las propuestas éticas que la cinta de Mangold plantea. V.L.-

 

El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik, 2007)

Andrew Dominik deconstruye en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford una historia real, la de la de banda de forajidos que lideraba Jesse James y la idolatría/admiración/envidia que le profesaba uno de sus miembros, Robert Ford. Con los rasgos del carismático Brad Pitt y de un extraño Casey Affleck -en uno de los mejores papeles de su carrera- nos adentraremos en una historia en que lo importante no es cómo terminó ni qué sucedió -pues eso lo conocemos ya de antemano-, sino cuáles fueron los factores que le llevaron a hacer a Robert Ford el asesinato que perpetró y también a acabar como terminó.

Con más trazas de drama psicológico, -en el que interesa más las relaciones que se van fraguando entre los personajes, especialmente entre Jesse y Bob quiénes, aún siendo tan distintos presentaban rasgos comunes en cuánto a trayectorias vitales.-, que de western propiamente dicho, aunque sí es una historia ambientada en el lejano oeste y, concretamente se centra en uno de los forajidos míticos que fraguaron la leyenda en el imaginario colectivo.

Esta película gustará a los espectadores que disfruten de aquellas tramas que se van cociendo lentamente, en las que las miradas y los diálogos estrechan vínculos y son más importante que la acción. En este sentido, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford es una pequeña rara avis del western contemporáneo, en la que interesa más un diálogo y la contemplación de un atardecer, que propiamente la acción y los tiros -de la cuál este film esta prácticamente huérfano-. Descubriremos quién está detrás de ese Jesse James de leyenda, a través de los ojos de Ford, quién lo admiraba y le tenía ojeriza, a partes iguales. Y es que en la película, como en la vida real también sucede, es muy mala la envidia que sienten algunos hacia los que son líderes o jefes de un grupo, en este caso, hacia el líder de una banda de forajidos.

El posible «bromance» (amistad o cómo queráis llamarlo) entre Jesse y Bob acaba derivando en la tragedia que todo espectador conoce de antemano (solo hay que ver el título de la película). Brad Pitt y Casey Affleck con sus cara a cara, sus miradas, sus silencios y sus conversaciones, constituyen buena parte de una película también muy estética y cuidada al milímetro. Un drama psicológico que requiere de la atención del espectador para ir leyendo entre líneas y viendo mas allá de las actitudes y motivaciones de los personajes. Una pequeña rareza, tan curiosa como interesante, que se convierte en la aproximación a un mito y a su némesis. Ya que, la mayoría de veces, un héroe se forja porque tiene un villano que desea hacerle sombra, sea por admiración o con anhelos de suplantación. Y aquí no es una excepción. S.B.-

El bueno, el malo y el raro (Kim Ji-Woon, 2008)

Aunque cuando pensamos en western nos viene a la cabeza el cine hollywoodiense o el italo-almeriense en otros países también se han dejado conquistar por este género, y aquí tenemos una de las propuestas más divertidas y originales proveniente de ni más ni menos que de Corea.

Dirigida por Kim Ji-Woon, autor de obras maestras como Encontré al diablo o A bittersweet life y protagonizada por pesos pesados del cine coreano (en ese momento poco conocidos aún) como Lee Byun-hun (el Storm Shadow de GIJoe), Jung Woo-sung (The silent sea), Dong-seok Ma (de Los eternos) y el celebérrimo Song Kang-ho (Parásitos) sigue como su nombre indica las pautas similares a las del clásico de Leone El bueno, el feo y el malo, pero con altas dosis de acción y de humor.

Un mapa que esconde un tesoro cae en manos involuntariamente de un pobre ladrón (Kang-ho) el cual acaba siendo perseguido por un cazarrecompensas (Woo-sung), un asesino despiadado (Byun-hun), varias bandas de ladrones y hasta el ejército japonés en una sucesión de tiroteos, acrobacias y persecuciones que hace que la película se pase en un suspiro sin apenas dar tregua. La dirección de Ji-Woon es magistral (ganó el premio de mejor dirección en Sitges 2008) con planos secuencias en interiores que hacen las delicias de cualquier fan del género y la media hora final con la canción “Don’t let me be misunderstood”, conocida por muchos gracias a Kill Bill vol.1, es un auténtico festival.

El hecho de que esté ambientada en Corea y en la Manchuria la hace un rara-avis dentro del género, pero no por ello menos interesante. Además, como ocurre muchas veces en el cine coreano los personajes no son simplemente buenos o malos. En este caso, posiblemente el personaje de “el bueno” es el que sea más plano y con menos matices porque el villano de Byun- hun acaba teniendo su propia historia personal que, aunque tampoco nos haga empatizar, sí ayuda a entender determinadas acciones suyas (a diferencia de lo que ocurría con el equivalente leoniano de Lee Van Cleef que era el mal más puro y sin redención). Algo parecido ocurre con “el raro” de Kang-Ho que, aún siendo un alivio cómico, guarda en la manga cierto secreto de su pasado que demuestra que nada es lo que parece y que todos huimos de nuestros pecados del pasado en busca de paz. Por eso, es una cinta a reivindicar para así ver propuestas distintas, conocedoras del lenguaje con el que trata el western, pero mostrando cómo estas historias no tienen por qué suscribirse a una geografía concreta y son más universales de lo que creemos. J.I.P.-

VANESA LORENZO/SONIA BARROSO/JOSÉ ISAAC PELLICER.-

 

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