AQUAMAN: SUPERHÉROE DE LOS 7 MARES

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Suerte que James Wan se ha cruzado con DC porque ha convertido a Aquaman en una odisea mastodóntica, apoteósica y visualmente excesiva que, junto a WonderWoman,  es lo más disfrutable de DC hasta la fecha, visto los fiascos de Man of Steel, Batman vs Superman y la Liga de la Justicia.

La historia de Arthur Curry, Aquaman, nacido del amor entre un vigilante de faro mestizo y toda una reina de Atlantis contiene todos los elementos propios de las películas de iniciación y de orígenes de superhéroes.
Y además, James Wan le ha dotado de un sentido de la aventura y lúdico encomiable apelando a Jules Verne, Pinocho e incluso a El Señor De Los Anillos, por citar sólo unas pocas referencias, eso sí con un gusto por abrazar el kitsch y el pulp tremendos. Incluso se atreve a dar un mensaje ecologista, como ya hizo Miyazaki en Ponyo en El Acantilado, de protección de los oceános ante tanta basura y deshecho que arrojamos los humanos.
El poderío visual de Wan y su cóctel de géneros -aventuras, humor, romances imposibles, épica e incluso, coqueteos con el terror e incursión en el péplum en una mítica lucha en el llamado Anillo de Fuego- no serían nada sin esa fascinante construcción de universos por mar y tierra que propone. De Atlantis a La Fosa, del Sáhara a Sicilia…todo ello para completar el mcguffin de la trama, que no es otro que recuperar el tridente del Rey de Atlantis para frenar la guerra en los océanos y el nombramiento del rey Orm (Patrick Wilson) como rey supremo de los 7 mares, y contando con unas secuencias cada vez más espectaculares que prometen estallarnos las retinas hasta la batalla final.
Asimismo, ver a Jason Momoa -actor limitado, pero de presencia física imponente, que da el pego como superhéroe- y a actores de la talla de Willem Dafoe, Nicole Kidman y Patrick Wilson afrontando sus roles sin complejos, ya puede darnos ideas de que estamos ante algo grande. Amber Heard no se queda atrás cumpliendo como aguerrida princesa Mera.
En definitiva, una aventura bigger than life de las de toda la vida, aunque con muchos más efectos CGI, eso sí, concebida para ser gozada en pantalla grande sin prejuicios, sólo dejándonos llevar por una película que no es redonda pero sí muy jocosa.
SONIA BARROSO.-

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