ALEX STRANGELOVE: ACEPTACIÓN EN LA HIGH SCHOOL

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Craig Johnson es otro de los directores de cine independiente (o mejor dicho fuera de lo que proponen los grandes estudios) que se ha refugiado en una plataforma de streaming para poder dar vida a sus trabajos. En este caso, lo hace bajo el sello de la compañía de Ted Sarandos, Netflix, una de las más populares y que durante este año parece empeñada en quitarse la mala imagen de su catálogo fílmico de producción propia. Así pues, directores como Álex Garland, David Ayer o Duncan Jones han presentado sus cintas directamente en la nube de este servicio de televisión online sin pasar por la pantalla de los cines para buscando target a sus propuestas.

En el «Pride Month» nos llega la respuesta de Netflix y Craig Johnson en Alex Strangelove, una comedia teen, amable y con momentos de drama ligero, ambientada en un instituto de USA. En esta historia firmada por el propio Johnson (responsable de films como The Skeleton Twins) nos cuenta la historia de Alex Truelove, un joven de 17 años que está muy feliz con su primera novia, aunque ambos aún no han mantenido relaciones. Debido a la importancia del momento, fijan una fecha clave para su primer encuentro amoroso en un hotel pero durante el camino nuestro protagonista tendrá dudas sobre su sexualidad.

Particularmente, creo que Alex Strangelove no tendrá el peso de otras cintas como Call me by your name o La vida de Adele, pero tampoco lo busca. Lo mejor del film es la aproximación a la temática, sin florituras y de forma orgánica, que encuentra justamente sus mejores momentos en el drama light con mensaje, pero sin moralina. A gran parte de ello, contribuye el trío protagonista. Madeline Weinstein y Daniel Doheny, el protagonista, tienen mucha química y el personaje de Antonio Marzale es lo suficientemente interesante como mantener intrigado al espectador sobre el devenir de la cinta.

No obstante, quizá algunos se sientan algo defraudados porque el desarrollo si bien es efectivo acaba siendo bastante predecible y la parte de comedia pienso que es la menos conseguida de la cinta, sobre todo en relación a ciertas subtramas que parecen «de relleno». Considero que esto perjudica en ciertos momentos en una cinta entretenida que pierde, en ocasiones,  su tono  en pro de quizá hacerla más accesible para público acostumbrado a cintas estudiantiles más «comerciales». Por otro lado, la estética y la dirección son resultonas, en especial cuando busca en el gag surrealista, aunque no acabe de decantarse tampoco por esa vía.

En definitiva, una buena comedia con mensaje y metraje ajustado, que cumple con su función. Ideal para el target teen y para ayudar a aceptar a muchos jóvenes su sexualidad, sea cual sea.

JOAN BOTER.-

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