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AL PACINO: DEL PRIMER (Y ÚNICO) OSCAR HASTA LA ACTUALIDAD
abril 28, 2021 Articulos

Pacino empezó la década de los 90´s cambiando de rumbo y de género, tras dejar atrás a Michael Corleone, con un drama romántico recuperando a su partenaire en Scarface, Michelle Pfeiffer en Frankie & Johnny, una historia que trascurre entre la cocina y las mesas de un bar de Nueva York y entre un ex presidiario que entra a trabajar de cocinero y una camarera vulnerable por una trágica historia de su pasado más personal. Esta historia de amor y de apoyo del dolor en circunstancias adversas es mucho más realista que la de Pretty Woman teniendo al mismo director, Garry Marshall. Fue en el año siguiente, en 1992, cuándo consiguió su primer e inexplicablemente único Oscar, con Esencia de Mujer, en ella Pacino daba vida a un huraño y malcarado personaje ciego que nos dejó algunas perlas de diálogo, aparte de un inolvidable escena de tango junto a Gabrielle Anwar. Ese mismo año se estrenaría Glenglary Glenn Ross y una de laas películas más interesantes de Brian de Palma, Atrapado por su pasado, la historia de Carlito, su progresión dramática y su tramo final es una de las cumbres del drama y del thriller de los 90´s.

Tras trabajar con De Palma llegaría la también soberbia Heat, de Michael Mann, en la que le pondría cara a cara con Robert de Niro en una secuencia antológica en un bar, en la cuál encarnaba a un policía con algunos problemas personales y familiares. En 1997, Pacino interpretaría al mismísimo diablo en Pactar con el Diablo, tentando a un abogado encarnado por Keanu Reeves, en una película entretenida sin más. No sería hasta el final de la década al reunirse con Michael Mann de nuevo en El dilema, The Insider, en la que se mediría a otra bestia parda de la interpretación como Russell Crowe, un drama de denuncia con las tabacaleras en el ojo del huracán, y el drama deportivo de Oliver Stone, ambientado en la liga de fútbol americana, Un domingo cualquiera, que pondrían el broche de oro a una década tan apasionante como prolífica, no sólo por ser la de su primera estatuilla.

En los 90´s , Pacino era capaz de encarnar al hombre normal enamorado, al que tiene una discapacidad física. al jefe de policía de familia, al mafioso reconvertido al que le pesan las acciones del pasado e incluso al mismísimo demonio con una facilidad pasmosa como es propia de un camaleón.

PACINO DEL SIGLO XXI

El nuevo siglo arrancaba para Al Pacino con Insomnio, presagiando una era de lo más prometedora. La película, tercer largometraje de Christopher Nolan, presenta un reparto encabezado por Pacino, acompañado por Robin Williams y Hilary Swank. Se trata de un remake del filme noruego del mismo nombre y supuso la prueba de fuego para el cineasta británico. El resultado final -todos lo conocemos- fue su éxito de crítica y público, y Warner cediendo las riendas de Batman a Nolan.

Tras esta llegarían las fallidas Simone y Relaciones confidenciales; seguidas de la estimulante La Prueba, donde ofrece un buen producto de entretenimiento en el que destaca la química entre Pacino y su coprotagonista Colin Farrell.

El primer gran bache llega con Una relación peligrosa, donde comparte cartel con Jennifer López y Ben Affleck. Un fracaso a todos los niveles, donde las pésimas críticas condujeron al largometraje a ser uno de los mayores batacazos de su carrera. El Mercader de Venecia, gran adaptación de Shakespeare, le hizo volver a saborear las mieles del éxito de la crítica. Pero, a partir de este momento, su carrera toma un rumbo muy criticado por sus fans, donde encontramos numerosos productos alimenticios y algún mirlo blanco. 88 minutos -que sí que resulta de lo más entretenida-, Asesinato Justo -la más dolorosa de todas por las expectativas que generó al unirle con De Niro-, Policías de Queens, o Jack y su gemela -que solo sirve para demostrar que Pacino puede con TODO. Si no me creéis, ved el rap de la peli Dunkaccino-, son ejemplos del primer grupo. Mientras que en el segundo tenemos: Ocean’s 13, el genial cierre de la trilogía de Steven Soderbergh. Reuniendo de nuevo al repartazo habitual -Clooney, Pitt, Cheadle… pero con las ausencias de Julia Roberts y Catherine Z Jones-, e incorporando a Pacino como villano -quien se lo pasa bomba-.

Las dos joyas de la corona llegarían al final de la segunda década: Érase una vez en… Hollywood, en la que tiene un papel secundario, pero sirve para enriquecer, más aún, un reparto de infarto, es una de las mejores películas de su director, Quentin Tarantino, y la mejor película de su año para quien esto firma; y El irlandés, donde se reencontraba con De Niro para, esta vez sí entregarnos una obra a la altura del talento de ambos genios, siendo la primera colaboración entre el actor y Martin Scorsese -que se hizo esperar más de lo deseado pero terminó mereciendo la pena-.

En televisión encontramos algunas de sus obras más interesantes en esta etapa: Ángeles en Ámerica que le propició un EMMY a Mejor actor de miniserie, o Hunters – divertidísima y gamberra, salvo por ese errado giro final-. Por último, destacar lo que está por venir: King Lear, donde se reencuentra con el director Michael Radford; y la esperadísima House of Gucci, dirigida Ridley Scott y con un reparto de envergadura -Adam Driver, Jared Leto, Salma Hayek, Lady Gaga, Jeremy Irons…-. El futuro pinta, cuanto menos, esperanzador.

SONIA BARROSO/JOSU DEL HIERRO.-

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