EL ESCUADRÓN SUICIDA: EN CONTRA

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El DCU de Warner se ha movido entre dos aguas desde Man of Steel . Por un lado, la de otorgar a sus franquicias cierto aire autoral que no tenía las del universo Marvel y, por la otra, la de coger ese producto final y adulterar basándose en Twitter y el éxito de la fórmula Marvel. De ahí salió la inconexa versión de Ayer de Escuadrón Suicida, cuyo resultado final fue tergiversado a través de reshoots, filtros, cambios de tono y todo remontado por la misma empresa que hizo los tráiler. En definitiva, un desastre como cinta en la que aún así brilló una Harley Quinn que se convirtió en un hit en el mundo cosplay.

La cinta fue un éxito pero las críticas fueron feroces. Y Warner fue lista en cuando James Gunn se quedó sin trabajo en Marvel (momentáneamente) y lo fichó para un producto que parecía perfecto para su lucimiento autoral. Y si, en esta The Suicide Squad está lo que se prometió (aparentemente). Meta en el cóctel a Guardianes de Galaxia con el Escuadrón Suicida de Ayer, pero con violencia adulta y añada la trama de la primera cinta de Los Mercenarios casi como leitmotiv. De esa mezcla sale esta cinta, a priori un caballo ganador, pero bajo mi prisma…algo chirría. El conjunto no me cuadra.

¿Por qué NO a este Escuadrón Suicida?

Básicamente, porque hay dos films en este The Suicide Squad y esto perjudica a la película, sobre todo al ritmo, que debería ser una de las claves del mejor James Gunn y que creo que está perdiendo a cada blockbuster superheroico que hace. En la primera Guardianes de la Galaxia, el carrusel espacial era equilibrado entre fondo y forma, pero ya en la secuela, su melodrama y su estética lisérgica afectaron el desarrollo de la cinta. Aquí no le ocurre eso, pero su condición de pseudo reboot o pseudo secuela afectan al resultado final. Sin duda, El Escuadrón Suicida de Gunn es el equipo formado por Idris Elba, John Cena y compañía mientras los “roles antiguos” sobre todo Harley Quinn parecen ir por otro lado. Y si, esta vez el montaje tiene un sentido (no como el primer Escuadrón, que es catastrófica en ese sentido) pero su condición bicéfala la ralentiza, algo que afecta su débil trama cuyo reciclaje es harto evidente.

Y es que, tras una primera media hora muy buena (sobre todo su secuencia inicial) el film se desploma con subtramas como la del personaje de Juan Diego Botto y el film no se recupera hasta el tercio final. Y, como hemos dicho, el caso más flagrante porque es el más axial es el de Harley Quinn, personaje estrella y robaescenas de la franquicia, aquí incomprensiblemente no sólo en segundo plano sino que cuya inclusión parece forzada en la cinta. Ojo a la dicotomía: Harley me sigue pareciendo lo mejor del film, pero si cortaran su parte, la película se beneficiaría en conjunto porque parece estar en otra cinta y su presencia es secundaria.

Con respecto a los nuevos personajes, a diferencia de los anteriores, no dan aún sensación de equipo. Bloodsport y Ratcatcher (sobretodo esta última, de lo más salvable) son el corazón del film pero la cinta no acaba de explotar a roles como Nick Flag o el propio Peacemaker, por diferentes motivos (el mejor es Stallone/King Shark, eso sí). Y es que el film tiene chispazos de genialidad, tales como la crítica a la razón instrumental del gobierno USA personificada sobre todo en Amanda Waller o el propio rol de John Cena, pero luego se pierde el norte ante una trama más que sencilla. Y llego al final del camino, con la impresión de que esta es más película que la anterior, aunque prácticamente tan fallida como esta. No obstante, esta vez, la decepción es mayor porque esta vez sí esperaba más.

Teoría de Harley Quinn

No sé qué les ocurre con el «HarleyQuinnVerso» en Warner, aunque lo más significativo es que llevamos tres películas con un personaje icónico y ninguna creo que acaba de funcionar como tal (sobretodo el desatino de Birds of Prey). Lo que me hace plantear la siguiente reflexión: Harley y el Escuadrón Suicida son mejores como producto que como película. Y es que la clown de Dc y sus amigos brillan más en los trailers, los carteles y, en definitiva, el material promocional de la misma que en la propia obra. En ese sentido, la versión de Ayer era la que apuntaba por una dirección mas interesante a pesar de sus desvaríos. Un personaje asociado al Joker y que en el film esbozaba una relación tóxica y cuya posible emancipación parecía más apuntalada en el film de Ayer que en Birds of Prey. Y es que dicho film se perdía por culpa de un aire sesgado y dogmático que considero que más que romper moldes quería hacer postureo en su trinchera, perjudicando más a la causa que ayudándole. Y es en en esta cinta de Gunn donde parece que directamente no saben qué hacer con ella mas que darle una nueva arma e indumentaria como trama de emancipación. Es decir, un nuevo juguete que vender. Vamos, que el momento de emancipación ocurrió fuera de la pantalla y el resto de la «trilogía» , Harley Quinn se ha querido vender como un ejemplo de autonomía, aunque el único éxito sea que el personaje como producto se ha desprendido de cierta visión cosificada que tenía en el film de Ayer. Porque su trama y lo que se cuenta en las cintas no refleja ninguna “evolución” de ningún tipo.

Conclusión

Obviamente, este es mi punto de vista, argumentado pero subjetivo, claro. Me alegro que la gente disfrute de esta versión que sí coincido con que es la mejor como film (como adaptación lo desconozco y para mí eso no debería ser relevante). Pero le pedía algo más a esta película que no he hallado.

JOAN BOTER.-

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