THE OLD WAYS A MAY THE DEVIL TAKE YOU TOO EN SITGES

Sitges 2020 llega a su fin. Un año tan extraño como necesario asistir presencialmente para apoyar que el cine y la cultura pueden, deben y son seguras, Una edición, la 53ª en la que hemos vivido alegrías en forma de buenas películas y de reencuentros con compañeros y, por qué no decirlo, también momentos de tristeza, por los que quisieron estar y no pudieron por infortunios del destino, o bien, que ni siquiera se lo plantearon, por muchísimos motivos. Sea como fuere, contenta me quedo con el resultado del palmarés, ya que Possessor Uncut, de Brandon Cronenberg, es una película que, como mínimo, le deja a uno torcido, para nada indiferente, sino todo lo contrario.

Aquí mi comentario del palmarés en forma de vídeo.

 

 

Aparte de eso, mi última jornada incluía tres títulos: The Old Ways, Cosmogonie y May the devil take you too. Una jornada marcada por las posesiones diabólicas más o menos desatadas, por la brujería y por la presencia de espíritus malignos o no de espíritus, sino de personas directamente malvadas y perversas.

The Old ways, de Christian Alearde, fue mi primer encuentro con el maligno a la mañana. Una película que trata sobre una chica mexicana que vive a Los Ángeles y vuelve a su aldea de La Boca dónde, aparte del reencuentro con su prima, vivirá toda clase de exorcismos y pruebas a cuál más sangrienta y desagradable, al detectarle la presencia de un demonio en su interior. The old ways hace referencia a la manera a la antigua usanza de expulsar los demonios del propio cuerpo. No en vano, dos curanderos del pueblo perdido mexicano, una anciana y un viejo sabio, serán los responsables de tan ardua misión.

 

 

Las secuencias de exorcismos y de luchas contra el diablo se verán amenizadas con presencias de bichos, mucha sangre y gore, así como diálogos a cuál más imposible. Sin olvidarnos de la imaginería popular mexicana, que da juego desde los maquillajes hasta los temas musicales. Al final, uno no sabe cómo tomárselo todo aquello y acaba con unas risas involuntarias para intentar aligerar el despropósito al que ha asistido.

Puesto que Cosmogonie la comenta Pep en otra crónica, vamos con uno de los platos fuertes de este año, la esperadísima secuela de May the devil take you, titulada May the devil take to you too. Volvemos a reencontrarnos con las hermanas protagonistas, cuatro años más tarde de los hechos acaecidos en la película original. Timo Tjahjanto no se ha impregnado de la máxima «más vale calidad que cantidad» porque aquí, los amantes de las posesiones diabólicas infernales están de enhorabuena, puesto que las hay en cantidad y de las más terroríficas y virulentas formas.

 

 

El gore llevado al extremo, Faces-friends, aquí se disfruta de la sangre, vísceras y retorcimiento de cuerpos poseídos para gozarlo, ya sabéis. Las secuencias son terroríficas y espeluznantes y no hace falta recordar que Timo Tjahjanto es un director que posee un buen sentido del ritmo, excelente pulso narrativo y sentido del espectáculo. Sólo hay que sumergirse un poco en su filmografía, no sólo en la original, sino también en Headshot y The night comes for us para darse cuenta de las barbaridades que es capaz de orquestar en cuánto a acción trepidante y a terror desatado se refiere.

Y poseída por el espíritu festivalero, comentaros que aún quedan más crónicas sitgeras de mi compañero Pep.

SONIA BARROSO.-

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