SCARLETT JOHANSSON: LA DOBLE NOMINADA

 

Si todos los años los Oscars se nutren de anécdotas, estadísticas y curiosidades este año tenemos a una mujer que en su primera vez nominada tiene ni más ni menos que una doble nominación a actriz protagonista y a secundaria, Scarlett Johansson. Esta neoyorkina nacida en 1984 empezó a bien temprana edad a dejarse ver en las salas de cine. Uno de sus primeros papeles conocidos fue el de la niña de El hombre que susurraba a los caballos, donde se medía de tú a tú con Robert Redford ni más ni menos. Enseguida llamó la atención de los estudios, aunque no sería hasta en 2003 cuando Sofia Coppola le dio el protagonismo en Lost in translation cuando el gran público empezó a ver a una chica que detrás de su belleza natural (innegable) escondía un talento interpretativo en bruto que en las manos correctas podría dar buenos resultados. 

Precisamente si hay un adjetivo que para el que suscribe mejor refleja a Scarlett es la versatilidad. Ha sabido mezclar proyectos comerciales, independientes, arriesgados e incluso solo con su voz, demostrando que su talento traspasa lo visual. Con Lost in translation en 2003 aunque tuviera un inconmensurable Bill Murray que atrapaba en cada escena ella supo estar a la altura y le valió un Bafta y una nominación a los Globos de Oro, además de empezar a estar en boca de todos y caerle varias ofertas de empleo. Y allí es donde se puede ver que ella es más que una cara bonita y si el proyecto vale la pena, se apunta pase lo que pase. No le importó, por ejemplo, antes de Lost in translation hacer una comedia indie como Ghost World y después un drama de época como La joven de la perla junto a Colin Firth, o incluso un producto de acción como La isla, de Michael Bay. Aunque cuando un director como Woody Allen la llama a la puerta ella se mete de cabeza e hizo el que para mí es uno de sus mejores papeles, Match Point en una de las mejores películas de Allen. En esa película Johansson supo perfectamente reflejar el espíritu de mujer fatal, de objeto del deseo y de la locura hasta sus últimas consecuencias sin dejar de darle fragilidad y humanidad a ello. Tanto le debió gustar a Allen que no dudó en trabajar con ella dos ocasiones más, la simpática Scoop y Vicky, Cristina, Barcelona, junto a Bardem y a Penélope Cruz, valiéndole el Oscar a ésta. 

Y cuando llegó el 2010 a Scarlett le cayó del cielo un regalo en forma de araña. Bueno, más o menos. Con el universo Marvel en construcción decidieron darle el papel de Natasha Romanoff, alias de la Viuda Negra, y ella supo hacérselo suyo (y eso que no eran pocas las voces que pedían a gritos que fuera Emily Blunt y no ella quien la interpretara). Y una vez más, sorprendió a propios y extraños con un personaje que, a pesar de ser secundario, supo dotarle de carisma, fuerza e incluso de fragilidad en determinados momentos. En las siete películas hasta la fecha que participó como Viuda, hemos podido ver un arco de evolución en su personaje (en la medida que los guionistas lo han permitido) donde en ningún momento ha sido damisela en apuros y ha sabido tratar de tú a tú a sus compañeros masculinos. Por ejemplo, su relación con Steve Rogers o con Clint Barton, donde nunca se ha visto el más mínimo atisbo de romance ni ñoñería, camaradería simple y llana, o con Bruce Banner (Hulk) donde sí que hubo un romance y donde por primera vez vimos atisbos de su pasado y el peso que conlleva con ella son ejemplos de cómo con poco material una buena actriz puede sacar provecho sin limitarse a pasear tipo con mallas. 

Aunque el papel de Viuda Negra le haya dado fama mundial, Scarlett no ha dejado de jugar ni experimentar con otros proyectos. Se siente muy cómoda en la comedia gamberra (Una noche fuera de control), surrealista (Ave Cesar!), incluso ha sido cinco veces presentadora del programa SNL (donde su encarnación de Ivanka Trump es un clásico actual) o en la ciencia ficción (Lucy, Ghost in the shell). Pero se atreve con más. En Under the skin, de Jonathan Glazer en un papel sin casi líneas de diálogo no tuvo reparos en un desnudo frontal completo, y en embarcarse en un viaje onírico no apto para todos los públicos (reconozco que es de las pocas veces que salí de una sala en Sitges por parecerme la película pesada pero el esfuerzo de ella es indiscutible).

Y otro sitio en el que se siente muy cómoda es en doblaje. En animación ha puesto voz en películas como Canta!, El libro de la selva, Isla de perros y en varias intervenciones en la serie Robot Chicken (siguiendo la estela de que la comedia y la parodia le chiflan). Aunque hay una mención aparte en este tema y esa es Her. Bajo la batuta de Spike Jonze fue tal su interpretación vocal de la novia virtual de Joaquin Phoenix que le valió elogios de la crítica y muchos pidieron su nominación al Oscar. Su voz traspasaba lo físico y con un compañero como Phoenix la relación entre ellos en pantalla fue de una completa armonía. 

Y ahora la tenemos en un año 2019 que ha sido prácticamente un sueño para ella. Desde su arco en Vengadores Endgame,  pero sobre todo con los dos papeles que le han valido la doble nominación: Historia de un matrimonio,  y Jojo rabbit. Aunque en Jojo rabbit su papel sea menor y secundario (aunque no por eso menos importante) su interpretación en Historia de un matrimonio, junto a Adam Driver es un compendio de las relaciones de pareja y un ejercicio perfecto de cómo mostrar la rabia, el dolor y la frustración del fin de una familia. No sólo se merece la nominación sino que pocas pegas se podría poner si lo ganara, aunque este año todo apunta a premiar el biopic de turno. 

Este 2020 Scarlett va a seguir en boga con la película en solitario de la Viuda Negra y con su nueva colaboración en la secuela de Canta!. Lo que sí que nadie puede negar es que Scarlett Johansson se ha ganado su sitio en el cine y tiene talento suficiente como para sorprender todo aquello que se proponga. 

JOSE ISAAC PELLICER.-

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *