LOS DOS PAPAS Y EL «PIPA»

(1 votes, average: 3,00 out of 5)
Loading...

Recuerdo perfectamente el día en que murió el papa Juan Pablo II, un 2 de abril de 2005 en que estaba cabreado porque habían cortado la programación de todas las cadenas de televisión para informar de tamaño suceso y servidor, pecando de una calentura de juventud, despotriqué contra todas porque no podía ver un Villarreal vs. Athletic que se jugaba a esa hora. Mi «crush» futbolístico con Diego Forlán era más poderoso que poder informarme de la actualidad. Por eso mismo me siento algo identificado con los fans de ‘Mujeres, hombres y viceversa’ cuando revientan las redes porque les quitan su programa para informar de cualquier suceso u atentado. La única diferencia es que yo sé escribir, creo, y ellos no.

Esta larga introducción sirve para que entendáis lo que me interesaba, de entrada, una cinta protagonizada por dos miembros del clero. Los dos papas está dirigida por Fernando Meirelles, director brasileño con una obra muy interesante detrás, llena de cintas de denuncia como Ciudad de Dios, Estación Central de Brasil o El jardinero fiel, entre otras. Tras varios años sin rodar nada interesante, Netflix le ha financiado su nueva obra, un relato que nos cuenta el encuentro que tuvieron el papa Benedicto (Anthony Hopkins) y el papa Francisco (Jonathan Pryce) hace unos años en el Vaticano, justo en la época en que el primero se estaba planteando su dimisión, y el segundo no era más que un meritorio dentro de la iglesia.

La gran baza de la película es el poder contar con dos monstruos de la interpretación como Hopkins y Pryce, y más en papeles en los que tienen que adoptar un acento ajeno al suyo, el alemán el primero y el argentino el segundo. En ello se sustenta el guión del británico Anthony McCarten, que si bien toca algunos de los grandes problemas del clero como su visión sobre la homosexualidad o los escándalos por pederastia, se decanta por centrar el relato en el encuentro entre el presente y el futuro del Vaticano, convirtiendo a los pontífices en dos seres entrañables a los que acompañamos con mucho agrado durante todo esa visita. El libreto, además, incide más en el turbulento pasado de Bergoglio por sus conexiones con la dictadura argentina de Videla que en Ratzinger, algo más en segundo plano.

Muchos la han criticado porque creen que blanquea la iglesia cuando, en mi opinión, lo que quiere la cinta es hablar de dos personas y sus complejidades, sin querer incidir en aspectos más oscuros de la religión. También se agradece cierto sentido del humor, como ese momento en el que vemos el proceso de selección de un papa, con unas bolas calientes que me recordaron a las de la Champions League, faltando Gianni Infantino removiéndolas para acabar de firmar la estampa. Y todo ello al ritmo de ese himno llamado Dancing Queen, la de ABBA.

‘Los dos papas’ no es una película que vaya a pasar a la historia y tampoco lo quiere. Os gustará si echáis de menos ese tipo de «feel good movies» adultas y agradables que te hacen pasar un buen rato. Lo que sí que es verdad es que es, de largo, una de las mejores películas originales de Netflix.

PD: Al final ni la iglesia ni los papas, el que sale escaldado de la cinta es el bueno del «Pipa» Higuaín. Cómo se nota en la parte final de la cinta que su director es brasileño.

HÉCTOR GARCÍA.-

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *