LOS ÁNGELES DE CHARLIE: SUBPRODUCTO DE USAR Y TIRAR

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Tras 16 años de hito en la franquicia llegan las nuevas y empoderadas (chupito cada vez que escriba esta palabra) Ángeles de Charlie, esta vez encabezadas por Kristen Stewart la que, después de tanto cine de autor y lavado de imagen, tenía ganas de volver a las grandes superproducciones de Hollywood, aunque esta vez sin un vampiro lechoso loquito por sus huesos. Esta nueva versión la dirige Elizabeth Banks quien, tras probar fortuna con la secuela de Pitch perfect, parece haberle cogido gusto a sentarse en la silla principal del plató.

Este nuevo reboot nos sitúa en Europa, en el que las tres nuevas espías deben llevar a cabo su misión bajo las órdenes del nuevo Bosley (la propia Banks), quien sustituye al anterior (Patrick Stewart), ya jubilado. Y hasta aquí voy a contar, y no por no chafaros la película, simplemente porque me da pereza, la misma que tuvieron los guionistas a la hora de escribirla. La cinta no es más que una sucesión de escenas de acción mal dirigidas y caóticas, que hacen que desconectes de la misma a los 10 minutos de haber entrado a la sala, importándote un pimiento el devenir de la historia y de las tres protagonistas, a cada cual más ameba, principalmente por el nulo trazado que tienen sus personajes.

La película ha sido un flop monumental en USA y en la mayoría de mercados internacionales en los que se ha estrenado, dejando claro el poco interés que había por la enésima resurrección de la saga iniciada con la serie de los ’70 y ya en los 2000 con las películas, malas aunque relativamente entretenidas, protagonizadas por Cameron Díaz, Drew Barrymore y Lucy Liu. Lo curioso es que Elizabeth Banks achaca la falta de sintonía de su obra con el público general al machismo dominante de una sociedad en decadencia, en vez de aceptar las visibles carencias que presenta esos ángeles que bien podrían ser salidos de las puertas del averno. Algo esperado viendo lo que pasó con otra vuelta de una saga mítica protagonizada por mujeres como fue el reboot de Cazafantasmas en 2016. En los dos casos se ha obviado que ambos films son horribles.

No he mencionado en ningún momento a las dos actrices que interpretan a los otros ángeles que acompañan a Stewart porque las he olvidado, principalmente porque son igual de intercambiables que los actores de las series de CW estilo Riverdale o Los 100. Es más, dudo que alguien del rodaje recuerde su nombre. Y no las culpo a ellas, ni mucho menos, porque habrán hecho lo que han podido con el material del que disponían.

En definitiva, este enésimo reboot de una saga clásica vuelve a demostrar que Hollywood lleva años carente de ideas y que, a pesar de que vayan de fracaso tras fracaso, la escasez creativa que hay es tan bestial que seguiremos teniendo productos de similar poco calado durante años. No me pongas en tu blacklist, Liz.

HÉCTOR GARCÍA.-

 

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