PUÑALES POR LA ESPALDA: 10 BLANQUITOS

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Puñales por la espalda es lo nuevo de Rian Johnson tras destrozar la mitología galáctica creada por George Lucas, y relanzada con éxito por Abrams, en Los últimos Jedi. El aclamado director de Brick o Looper volvía a rodar tras clavarle un puñal por la espalda (perdón) a cada fan de Star Wars que creció con la idea de que la fuerza se tenía por la sangre, no que cualquier don nadie podría hacer uso de ella. Pero yendo a lo que nos concierne, la nueva película se ha decidido por un «whodonit» de toda la vida, con guión original pero que bebe de todas esas novelas de misterio, que hicieron las delicias de los fans de Arthur Conan Doyle o Agatha Christie.

Cuando el novelista de misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto en su mansión justo después de su 85 cumpleaños, el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) es misteriosamente reclutado para investigar. Harlan tiene una familiamnumerosa y todos tenían algún motivo para acabar con él, bien sus hijos (Jamie Lee Curtis o Michael Shannon), sus yernos (Toni Collette y Don Johnson) o sus nietos (Chris Evans o Katherine Langford, la niña suicida de esa serie que hubiera terminado de manera digna si todos sus personajes hubieran tomado el mismo camino que la protagonista). Sin embargo, la principal sospechosaes su cuidadora (Ana de Armas), con quien tenía mejor relación y de la que la mayoría de la familia guardaba recelo, especialmente el nieto alt-right del millonario (Jaeden Martell), al que no le gustan mucho los sudamericanos. Un ‘Diez negritos’ de toda la vida en el que todo se irán acusan do entre ellos para no asumir su posible culpa, algo muy de la época en la que vivimos.

Con todos estos elementos, Johnson ha construido un sólido engranaje que consigue mantener al espectador pegado a la pantalla los 130′ minutos que dura la cinta, con los sorprendentes giros de guión que va dando la cinta que, aun siendo esperados en este tipo de relato, no dejan de ser eficaces. Además cuanta con repartazo de los del Hollywood de toda la vida, en el que destaca Daniel Craig como una especie de Poirot con un acento imposible que hasta es objeto de chanza por sus asistentes (uno de ellos es Lakeish Stanfield, actor cada vez más de moda tras verle en Atlanta o Déjame salir). Aunque la verdadera protagonista de la cinta es Ana de Armas, todo una sorpresa viendo los monstruos que tiene al lado. La inolvidable Carolina de El internado (bueno, aquí me he venido un poco arriba) carga con todo el peso de la cinta y demuestra que tiene un futuro brillante en Hollywood, por el que muchos no dábamos un duro cuando comenzó en pseudo thrillers eróticos dirigidos por el infame Eli Roth.

Puñales por la espalda no reinventa el género ni es algo que no hayamos visto antes, pero sí es una vuelta a ese cine clásico y adulto que ya no se hace y que en los ’70 u ’80 fue muy revisitado. Sí que Kenneth Branagh lo intentó hace un par de años con el remake de Asesinato en el Orient Express, pero le salió una cinta recargada y aburrida que no gustó ni a los más fans de la escritora inglesa. Esperemos que para su secuela, que ya está firmada, vea lo que ha hecho Johnson, que es adaptar el género a los nuevos  tiempos, con el tempo que se lleva ahora e introduciendo mucho humor negro, aun apostando por una narración clásica.

Te has ganado el perdón, Rian.

HÉCTOR GARCÍA.-

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