SORRY WE MISSED YOU: PRECARIEDAD CRÓNICA

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Ken Loach es un inconformista de manual. A sus 83 años, podría estar gozando de un merecido retiro después de décadas y décadas de dedicación al cine y a la crítica social. Sin embargo, sigue comprometido al cien por cien con la defensa de los derechos de la clase obrera. Seguramente, él ya no conocerá un mundo demasiado diferente al actual, pero eso no le impide continuar apostando por una sociedad más igualitaria de cara a las futuras generaciones. 

Y Sorry we missed you es un claro ejemplo de su empeño. La última película de Loach narra las dificultades de una familia inglesa por subsistir. A raíz de la crisis económica de 2008, empezaron a acumularse las deudas. Perdieron su casa y se vieron obligados a vivir de alquiler. Después de años de llegar justos a fin de mes, parece que todo puede cambiar, ya que el padre de familia (interpretado de forma convincente por Kris Hitchen) se compra una furgoneta y empieza a trabajar como repartidor franquiciado en lo que debería ser su propio negocio. Pero los problemas no tardarán en llegar, y lo que parece una gran oportunidad, acabará convirtiéndose en un trabajo esclavo. 

Sorry we missed you es una historia de precariedad. De falsos autónomos. De jornadas inacabables y ausencia de vacaciones. De inexistente conciliación laboral y familiar. Es una historia de retroceso de derechos y de explotación del trabajador. 

Loach muestra en este drama familiar la cara más oscura del capitalismo moderno y el efecto que produce en las clases más humildes. Los dardos envenenados hacia empresas como Amazon se hacen evidentes a lo largo de toda la cinta. Una crítica feroz y descarnada que nos pone delante de una realidad de sobras conocida, pero no por eso menos impactante. 

Quizá la película se recrea en exceso en el drama, y la concatenación de desgracias en el sí de la familia puede resultar algo desmedida. Sin embargo, en líneas generales se trata de una película muy creíble, que muestra cómo la precariedad crónica va pudriendo progresivamente la unidad familiar en una casa que hasta entonces se había mantenido siempre unida. 

Sorry we missed you no gustará a los detractores del cine de autor. No es una película para aquellos que ven el cine únicamente como una válvula de escape para no pensar. El cine de Loach demuestra por enésima vez su compromiso con el cambio social a través de la gran pantalla. Y lo hace en una película que, por el contrario, sí que gustará a los amantes de un buen drama pausado y de las posibilidades del cine como herramienta de denuncia y motor de cambio en la sociedad. 

MARTÍ ESTEBAN.- 

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