¡AL AGUA GAMBAS!: FEEL GOOD MOVIE LTGBI

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Al agua, gambas (Les cravettes pailletes), de Maxime Govare y Cédric Le Gallo, es una comedia francesa con elementos tanto de feel-good-movie como dramáticos, que se centra en el equipo de waterpolo, «Las gambas purpurina», que irá a competir a los Gay Games, y en el nadador sancionado por la federación por homofobia, que se verá obligado a entrenarlos para recuperar su puesto y su prestigio.

Estamos ante un tipo de película sobre un grupo heterogéneo, que tendrá que aprender a convivir, a entrenar, a divertirse, etc, celebrando sus diferencias y con orgullo proclamar al mundo que son gays y que son capaces de hacer un buen papel como equipo, mientras atraviesan media Europa hasta llegar a Croacia.

En este sentido, Al agua, gambas recoge el testigo de títulos como The Full Monty, Las aventuras de Priscilla Reina del Desierto, A Wong-Foo gracias por todo Julie Newmar e incluso de comedias con elementos deportivos y de cohesión grupal y personal, tales como las recientes El gran baño, de Gilles Lellouche, y Campeones, de Javier Fesser.

Conoceremos a cada uno de sus miembros y su evolución: El entrenador en principio homófobo y reticente; el líder, que sirve de puntal a pesar de haber recaído en su enfermedad; el gay padre de familia; la transexual tan diva como tierna; el gay al que parece que se le ha pasado el arroz; el loco; el gay con mucha sensibilidad y expectativas ante el amor, etc. Lo que hará que el espectador pueda empatizar con ellos y divertirse con sus peripecias, al mismo tiempo que se enfatizan algunos tópicos sobre gays, lesbianas y transexuales, desacomplejadamente.

A ritmo de éxitos de Céline Dion, del Boys (Summertime Love), de Sabrina, y de I need a hero, de Bonnie Tyler, entre otros temas musicales pegadizos, iremos siguiendo las aventuras y desventuras de este grupo de hombres LTGBI, que tendrán que conseguir, en definitiva, ser respetados por lo que son, celebrando su diversidad con alegría y también con sufrimiento, ante algunos actos homófobos y dramas vitales.

Cine de evasión, descarado, veraniego y refrescante, que ha de servir tanto para pasar un buen rato en el cine como para visibilizar y normalizar al colectivo LTGBI, ya que que no importa nuestro género ni a quiénes van dirigidos nuestros afectos para ser integrados y respetados en la sociedad en igualdad de condiciones.

SONIA BARROSO.-

 

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