
Probablemente todos conozcamos a J.R.R. Tolkien por las obras cumbre de la literatura fantástica y épica El señor de los anillos (La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey), El Hobbit y El Silmarillion. Pero lo que algunos desconocemos son los aspectos biográficos que le llevaron a construir un imaginario fantástico que ha seducido a millones de generaciones del siglo XX (puesto que sus publicaciones primeras son de finales de la década de los 30) y que aún lo sigue haciendo en nuestros días.
Conoceremos los primeros años de infancia del joven Tolkien y su relación con su madre -que murió cuándo él y su hermano eran niños-, luchadora infatigable y agente provocadora de estimular a sus hijos con la lectura de cuentos y leyendas llenos de fantasía y elementos mágicos. Acogidos por el padre Francis y Mrs. Faulkner, una dama que les daría alojamiento y educación, asistiremos a los primeros años de estudios, primero en el colegio elitista de King’s Edward y posteriormente en la universidad de Oxford. Aparte de sus estudios hubo dos detonantes de esta pasión por las lenguas antiguas (incluso llegó a crear un lenguaje inspirado en el finlandés y lenguas nórdicas), su relación con Edith Bratt, una chica que hacía de dama de compañía de su benefactora, de la que se enamoraría y la creación del club TCBS (Tea Club and Barrovian’s Society) con tres amigos y compañeros de clase (Christopher Wiseman, Robert Gilson y Geoffrey Smith), una sociedad artística y literaria secreta dónde compartirían su pasión por las letras y otras disciplinas. La amistad y fraternidad entre ellos correría paralela a la que relata entre los hobbits en su famosa trilogía posterior. El estallido de la primera guerra mundial y su llamada a filas, los horrores de la contienda también tendrían mucho que ver en el despertar imaginativo del autor.
En algunos aspectos, Tolkien nos ha llegado a recordar a El Club de los poetas muertos (la creación de una sociedad literaria y su amor por las letras) y a Mary Shelley, de Haifa Al-Mansour (en cuánto a la explicación de los orígenes y la inspiración para la obra de un autor). Así pues, gracias a una puesta en escena elegante, cuidada y llena de elementos e imágenes sugerentes y cautivadoras, que nos evocan las influencias posteriores en su obra, y a dos actores en estado de gracia, Nicholas Hoult -que afronta una nueva biografía literaria tras El rebelde entre el centeno, que retrataba a J.Salinger- y Lily Collins iremos desvelando el germen que le inspiraría y sumergiéndonos en su imaginario fantástico. Esto es, quizás, lo más interesante de este biopic amable y pausado, cuyos temas principales son el poder de la imaginación y la fantasía, los orígenes de su creatividad, el amor por la literatura, el romanticismo y la perseverancia a la hora de lograr los sueños y aspiraciones personales.
SONIA BARROSO.-