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66SSIFF: INAUGURACIÓN MEDIOCRE, HUMOR CON TRASFONDO SOCIAL Y UN CANTO A LA DESEPERACIÓN Y MUERTE
septiembre 22, 2018 Articulos

Definición gráfica de las primeras horas del 66SSIFF, una servidora desde el ordenador dándole al F5 para conseguir entradas para la sesión de las 19h de Manta Ray, mejor película en la sección Orizzonti del del último festival de Venecia y una de las proyecciones más interesantes de la programación de Zabaltegui Tabakalera. Misión cumplida y sacrificio económico muy merecido. Pero no nos avancemos a los acontecimientos y le damos primero el botón de rebobinar para regresar a las 10h de la mañana.

EL AMOR MENOS PENSADO

El Kursaal abre una vez más sus puertas a la inauguración del Donostia Zinemaldia. La cola para entrar a este gran auditorio viene y va. Viejos amigos que se reencuentran para cubrir un año más el festival y otros que se estrenan, ansiosos por descubrir qué les depara el pistoletazo de salida de la presente Sección Oficial. El amor menos pensado, primer largometraje del argentino Juan Vera, es la excusa perfecta para tener por tercer año consecutivo en Donostia a Ricardo Darín, a quien podrían a empezar a llamar sin problemas «amigo del festival». Primero, jurado, luego Premio Donostia y, esta vez, protagonista de la película inaugural junto a Mercedes Morán. Uno y otra interpretan a Marcos ya a Ana que, tras 25 años de matrimonio, y sin encontrar respuesta al porqué siguen juntos sin estar enamorados, deciden separarse y probar «la libertad» de una vida de solteros. Empieza en ese momento un recorrido por todos los tópicos de las relaciones mujer-hombre, esperables en parte en una comedia romántica y, algunos de ellos, centro de escenas simpáticas y, en algún caso, incluso divertidas (he ahí la cita de Tinder). El problema es que las comparaciones entre mujeres y coches, los ridículos montajes a cámara lenta con canciones incrustadas con calzador, las melodías de piano empalagosas, las escenitas de «mujer loca echando al marido de casa mientras le tira de toda encima»…Se ven ya un pelín anacrónicas.

Hollywood habría hecho esta película en los años 90, con Meg Ryan y mejor efecto. Solo hay que fijarse en la escena con pantalla partida entre los dos protagonistas, al más puro estilo Cuándo Harry encontró a Sally. Pero esta película se estrenó en 1989 y estamos en 2018.  ¿Y cuál es el resultado ahora? Dos horas de bótox, metáforas automovilísticas y «matrimoniadas» encubiertas con supuestas reflexiones sobre el amor de pareja para llegar a la conclusión de que la «libertad» no tiene nada que ver con estar casado, con estar en pareja o soltero, ¿o quizás nos hemos quedado igual?

APUNTES PARA UNA PELÍCULA DE ATRACOS

Mucho más atrevida e inteligente en sus formas y contenido es, sin duda alguna, una de las siguientes cintas de la jornada y primera proyección en la sección de Nuevos Directores. Se trata de Apuntes para una película de atracos, segundo largometraje de Mapa de Elías. León Siminiani, que aparece en el film como Elías, un director de cine que ha soñado siempre con hacer una película de atracos.  En verano de 2013 lee una noticia sobre la detención de «El Robin Hood de Vallecas», el líder de la banda de las alcantarillas, y decide visitarle a la cárcel y hacer una película con y sobre él. El resultado es una excelente y muy divertido (falso documental) montado a partir de los encuentros con el Robin Hood, recreaciones de conversaciones que hacen el propio director y su mujer y que no falten escenas de películas clásicas de atracos con su distintiva música. El juego entre invención y realidad y esa primera persona de Siminiani tan bien introducida hacen atractiva una propuesta que, detrás de lo original de sus formas, esconde una interesante reflexión sobre la reinserción social que a nadie se le debería escapar.

ASAKO I&II

Tampoco debería pasar desapercibido el trasfondo social que rodea a la primera película de la sección Perlas de esta edición, la japonesa Asako I & II. El papel de la mujer en una sociedad tradicionalmente machista como la japonesa y el efecto que en ella pueda tener una supuesta infidelidad femenina, en especial desde el ámbito rural, es sin duda una lectura a tener en cuenta a la hora de analizar la nueva propuesta de Ruysuke Hamaguchi, director de Passion, The Dephs y Happy Hour, entre otras. En ella, la protagonista Asako huye de Osaka para superar la repentina desaparición de su primer amor. Dos años más tarde, en Tokio, conocerá a su doble perfecto y se enamorará de él, aunque siempre tendrá la duda de qué ama realmente, si a la persona o a su parecido físico con su amor desaparecido. Más allá del contexto que rodea a la historia y a los personajes, la cinta se presenta como un entrañable anime pasado a imagen real (Erika Karaka es animación pura y dura) que, en su último tramo gira para regalarnos un final de inmadurez elevada al cuadrado y extremamente divertido. Un final que se revela contra todo lo adorable de la primera parte. Y si además le sumamo el toque a lo Desayuno con diamantes con la protagonista llamando a su gato, el resultado final todavía es más satisfactorio.

MANTA RAY

Y llegamos de nuevo a Tabakalera para la ianuguración de la sección Zabaltegi que bien merece todos los F5 y más: Para los rohingya. Una sentida dedicatoria a los centenares de miles de miembros de esta minoría musulmana que llevan décadas perseguidos por la Mayoría budista birmana y que, durante el último año, y con una Nobel de la Paz al frente del gobierno de Birmania han sido víctimas de una terrorífica masacre que la Corte Penal Internacional investiga hoy como posibles crímenes contra la humanidad. «Para los rohingya» es el inicio de Manta Ray, primer largo del tailandés Phuttiphong Aroonpheng. Lo que le sigue es una sucesión de imágenes de una belleza visual exquisita, acompañadas de pocas palabras (ni falta que hacen) y de unos cantos que, mezclados con los sonidos de Christine Ott y Mathieu Gabry, se convierten en terroríficos gritos de desesperación y muerte, símbolos de unas de las peores crisis humanitaria actuales y representación de todos los cadáveres que pueblan la frontera entre Tailandia y Birmania.

Es ahí donde el director situa la acción de la cinta, cerca de un pueblo costero de Tailandia donde se han ahogado miles de refugiados rohingya en los últimos años y, donde un pescador local encuentra a un hombre herido e inconsciente en el bosque. El pescador recoge al extraño que no habla una palabra y le ofrece su amistad. Será una amistad, otra de las bellezas de la cinta, en la que se apoyará el desconocido, una luz de colores que se enciende y apaga, como la esperanza de escapar del macabro destino con el que tantos antes que él se han encontrado y que aguarda a tantos más: Muerte y olvido.

MARÍA DEL MAR GALLARDO.-

 

 

 

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