
Louis Garrel, actor protagonista de La Belle Personne, Les Chansons d’Amour y Soñadores, por citar tres de sus trabajos más interesantes ha vuelto a dirigir un film tras Le Deux Amis, en esta ocasión Un hombre fiel (Un homme fidèle) y ha dado en la diana. Pues esta pequeña gran película me ha cautivado en sus tan sólo 74 minutos de metraje.
Con ecos de Truffaut y Godard (a quién casualmente interpretó en
Mal Genio, el biopic de Michael Hazanavicius) y bebiendo directamente de las fuentes de la Nouvelle Vague francesa, Garrel propone una historia entre el drama y la comedia con toques de thriller que no cae en la convencionalidad ni es facilona, sino que juega con el espectador y le proporciona
un buen rato de diversión y reflexión, una acertada disección sobre las relaciones amorosas contemporáneas.
Con tan sólo 4 personajes principales sobre la mesa. El protagonista, Abel, que parece ser el que tiene las ideas más claras en cuanto a su amor por Marianne, sufre en silencio por su perdida, cree tener una segunda oportunidad y se deja ‘manipular’ al antojo de su amada. Marianne (Laetitia Casta, pareja del actor en la vida real), una mujer atractiva y resolutiva, que se encuentra en una encrucijada por amor, con un buen trabajo y un hijo por el que habrá de renunciar a uno de sus amantes. Ève (Lily Rose Depp), hermana del marido de Marianne, enamorada desde niña de Abel y que jugará todas sus cartas para conseguir a su deseado objeto de amor. Y, por último, pero no por ello menos importante, Joseph (Joseph Engel), la aparentemente mirada inocente de la historia, un niño curioso e inquietante, amante de las historias policiacas y de asesinatos que aportará un plus de thriller y de dramatismo a la trama.
Las dudas y tribulaciones íntimas y personales se pondrán de manifiesto en una acertada voz en off de los tres protagonistas adultos en una historia sobre las renuncias y pérdidas amorosas, las segundas oportunidades, sobre cómo jugar las cartas para conseguir al ser amado y acerca de la evolución de un anhelante deseo una vez se ha logrado al ser amado. La fidelidad o infidelidad, los deseos más íntimos y la paternidad se ponen encima de la mesa.
Incluso Garrel se vuelve intrigante y deja algunos interrogantes en el aire, que no serán respondidos en la película, sino que será el propio espectador el que los tenga que completar o pensar una vez terminada la proyección (o no). Quizás la propuesta más juguetona de la cartelera que desde aquí os recomendamos.
SONIA BARROSO.-