Bumblebee es exactamente lo que promete: Una película con magníficos efectos especiales, llena de escenas de acción trepidantes, luchas titánicas impresionantes… y unas pinceladas de drama de manual y humor típico de lo más anodinos. La historia no puede ser menos original, pero las escenas que se encadenan mantienen al espectador entretenido y clavado a su butaca.

Travis Knight ha conseguido dotar al protagonista de una personalidad entre la que esperaríamos de una mascota fiel y la de un soldado robótico sediento de sangre de decepticons. Dependiendo de la escena te dan ganas de achucharlo o salir corriendo hacia el lado contrario sin mirar atrás.

La relación entre al famoso Autobot y la Charlie (Hailee Steinfeld), la chica que lo repara es muy profunda, comparada con lo simple que es la trama. En ocasiones, refleja un amor incondicional entre ambos, que se encuentran y dan apoyo en los momentos más difíciles de sus vidas. En el caso de ella, la pérdida de un ser querido y la imposibilidad de encajar en su entorno; y en el caso de él, la desorientación, la pérdida de memoria, de la capacidad de comunicación y el encontrarse de repente en un planeta y civilización totalmente desconocidas en el que le temen y quieren destruirlo.

De los villanos, lo único resaltable es el diseño de los Decepticons, por lo demás son bastante planos, sobre todo los militares, que no se salen de las fórmulas de éxito más utilizadas para este tipo de roles. Lo mismo se puede decir del personaje secundario que hace de comparsa del dúo protagonista y da lugar a insulsos momentos cómicos.

Las licencias que se toman en el guión, como el hecho de que los Transformers sean capaces de escanear cualquier vehículo para convertirse en él, suman emoción a la película, y no rechinan en absoluto.

El director, Travis Knight, ha logrado intercalar toques sentimentales y convertir a Bumblebee en una criatura adorable al estilo de Hero 6, cuando no está machacando enemigos a lo bestia, claro. En cuanto al resto de los autobots, contad con Optimus Prime como honorable líder a seguir de la resistencia y una leve aparición de Cliffjumper.

La ambientación en el año 1987, veinte años antes de los sucesos que acontecieron en Transformers (2007), es todo un acierto. Han reflejado bastante bien la forma de vida de la época a través de los decorados y vestuario. Lo mejor, la banda sonora con potentes temas de esa década y un tema principal interpretado por la propia protagonista; Hailee Steinfeild: Back to life.