Tras llegar a un acuerdo con Marvel para que estos pudieran volver a usar el personaje de Spiderman, Sony ha querido formar su propio universo. Quedando fuera de este Peter Parker por encontrarse en el universo de Marvel, el estudio ha decidido usar los villanos del superhéroe arácnido como antihéroes siendo Venom la primera piedra a la que seguirán, si acompaña el éxito, las películas del vampiro Morbius que interpretará Jared Leto y dirigirá Daniel Espinosa, o de Kraven el cazador de la que aún no se sabe nada.

La principal duda que generaba la película dirigida por Ruben Fleischer era la de presentar a un personaje tan ligado a Spiderman sin la existencia de este. Para ello, los guionistas han decidido crear un nuevo origen para el personaje. Nos encontramos con Eddie Brock, un reportero que no se frena ante nada para alcanzar la verdad, quien sospecha que la Fundación Vida y su director, el multimillonario Carlton Drake, están experimentando con humanos. Eddie se cuela en el laboratorio de este para demostrarlo, y tras un incidente libera al simbionte que acaba introduciéndose en su cuerpo.

En el film encontramos ciertos problemas, principalmente en su guión, y es que hay varios momentos en los que parece que tener demasiada prisa por avanzar. Por no hablar del desarrollo del villano, que acaba completamente desdibujado. Hardy se ha quejado públicamente de que el estudio ha recortado entre 30 y 40 minutos, es quizá aquí donde pueda estar la explicación a esto. Otro inconveniente que podemos apreciar es la dirección de Fleischer, y es que si bien es un director cumplidor, carece de una marcada personalidad que dote al filme de ese “algo” diferente como sí ocurría en las películas de, por ejemplo, Sam Raimi.

Estructuralmente, la forma de contarnos el origen del personaje, de presentarnos al villano, o la historia de amor, nos remite a las producciones de los años 2000, una narrativa alejada de la forma de hacerlo en las nuevas franquicias de superhéroes que se han creado. Personalmente, no encuentro esto como un punto negativo o positivo, pero sí destacable, ya que nos da la sensación de película que no pertenece a esta década.

Ahora vamos con las virtudes, la primera sin lugar a dudas es Tom Hardy, un auténtico animal de la interpretación. Hardy está acompañado de Michelle Williams, Riz Ahmed o Jenny Slate, pero parece ser el único consciente de la película en la que está. Que nadie espere encontrarse aquí uno de esos personajes que han caracterizado su carrera, intensos, serios y atormentados, aquí no vamos a ver un Bane, por llevarlo al terreno de superhéroes. Lo que aquí nos ofrece es carisma puro y duro, diversión y una vis cómica rara vez mostrada que le sienta como un guante.
Por encima de todo destaca el soberbio tratamiento de Venom, un personaje atractivo, sarcástico y cargado de humor negro. Forma un tándem brillante con Hardy, siendo la relación entre ellos lo mejor del filme, como una especie de buddy movie de la que deseamos ver más.

En el apartado de VFX, importante en este tipo de películas, y es que nos guste o no están llenas de ellos, las primeras impresiones no parecían muy halagüeñas. Por suerte, fue una falsa alarma, y el trabajo final, salvo una escena concreta, es ejemplar.

En resumen, no es la película de Venom definitiva, pero es buen comienzo para dar con la tecla en las futuras secuelas. No estamos ante un Infinity War, pero tampoco ante un Batman y Robin. Es un largometraje con el único objetivo de entretener, que no miremos el reloj en las casi dos horas que dura, y es algo que logra sobradamente. Si quieres pasar un buen rato y olvidarte del mundo ésta es tu película.

JOSU DEL HIERRO.-