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Johnny English: De nuevo en acción es la tercera parte de esta trilogía (o quizás vaya para saga) de las peripecias, o deberíamos decir misiones, de un agente del MI7 muy especial. Es la antítesis de lo que reconocemos como agente secreto del servicio británico en cine, lo que viene a ser la antítesis de James Bond.
English no es ni guapo, ni alto, ni elegante, ni vuelve locas a las mujeres, ni es diestro en las misiones, sino patoso (pues la lía a la mínima de cambio y, a menudo, sale del atolladero por suerte o por casualidad). En esta ocasión, Johnny English tendrá que evitar un ciberataque a escala planetaria e impedir que Inglaterra y, por ende, los países más poderosos de la Tierra queden en manos de un hacker tan poderoso como engañoso. Así pues, la crítica al mundo de los gurús de Internet y a la sociedad hiper tecnológica que puede caer y ‘ser hackeada’ en un solo click en un móvil quizás es lo mejor de esta propuesta.
Una película sencilla pero efectiva, divertida (aunque no funcionen todos los gags) que se beneficia del niño sentido del ridículo de Rowan Atkinson, quien vuelve a estar en su salsa en la piel de este personaje patoso y peculiar -uno más en su carrera, no olvidemos que fue el mítico Mr.Bean-. Le acompaña una ex chica Bond, Olga Kurylenko, que no tiene prejuicios en aparecer tan bella como letal en un papel que también es la antítesis al interpretado en Quantum of Solace. Sin olvidarnos de los secundarios, entre los que destaca una Emma Thompson como Primera Ministra Británica.
El definitiva, una tercera parte eficaz como parodia y más o menos divertida y cumplidora, pero que no aporta nada nuevo a esta saga ni a este personaje.
SONIA BARROSO.-
