LA CÁMARA DE CLAIRE: UN PASEO POR LA CROISETTE

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Hong Sang-Soo es un director surcoreano peculiar y de extrema sensibilidad, con gusto por las historias mínimas y personales, en las que se combinan la comedia con los tonos amargos y melancólicos y en las que sus personajes y sus complicadas y a menudo, casuales relaciones son el eje central, como bien lo demuestran Lo tuyo y tú o Antes sí, ahora no.

Muy activo en 2017, año al que pertenecen sus tres últimos títulos suyos, Sola en la playa de noche, The day after (presente en el D’A Barcelona) y la que ahora nos llega, La cámara de Claire, rodada durante un festival de Cannes y hablada en surcoreano, inglés y francés, film en que vuelve a contar con Kim Minhee (rostro femenino habitual en su cine y en La Doncella, de Park Chan Wook) e incorpora a su universo a la incombustible Isabelle Huppert.

Sang-Soo nos deleita con una historia «pequeña» y con pocos personajes -algunos de ellos, arquetipos del cine de Sang-Soo-, tales como el de Manhee, una chica atractiva que trabaja en una distribuidora de cine y el de So Wansoo, el director surcoreano al que representan en el certamen -algo borrachín y proclive a los líos de faldas-. Además de Yanghye,  la celosa jefa de Manhee y pareja de So, y Claire, una profesora de música amante de la fotografía que pasa unos días en la ciudad de la Costa Azul.

Sang-Soo plantea un divertimento en apariencia para acercarnos a la fragilidad de las relaciones humanas, a la búsqueda de la honestidad, ya que, entre otros temas, habla de cómo nos «vendemos» a los demás -de la impresión que causamos en los otros- y de la imperiosa necesidad de separar la vida personal de la profesional. A partir de la mirada de esta fotógrafa amateur -que hace fotos para ver cómo cambia la gente tras el disparo- y de las conversaciones y encuentros, tanto programados como fortuitos, entre los cuatro personajes principales nos iremos reencontrando, de nuevo, con las constantes del cine de Sang-Soo, observador habitual de las relaciones personales y del alma humana. Un bello y curioso film para espectadores a los que les gusta descubrir, en la aparente ligereza y trivialidad de la vida, certeras reflexiones sobre la amistad, el amor, la honestidad, la casualidad, etc. mientras nos damos un paseo por la Croisette y alrededores.

SONIA BARROSO.-

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