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120 PULSACIONES POR MINUTO: COMBATE VITAL
enero 16, 2018 Articulos

París, principios de los 90´s. El Sida empieza a hacer estragos entre varios colectivos y surgen asociaciones de enfermos como Act Up, muy combativas para hacer que desde el Gobierno de Mitterrand y desde los laboratorios farmacéuticos no les den la espalda, sino que pongan todos los medios y se comprometan a adoptar medidas de prevención para intentar frenar la aparición de nuevos casos y para lograr que los enfermos puedan acceder a nuevos tratamientos farmacológicos menos agresivos, pero más efectivos. Robin Campillo, director de la cinta, sabe muy bien lo que está contando, pues formó parte de Act Up. Además, se nota que fue guionista de Laurent Cantet en La Clase. En estas 120 Pulsaciones por Minuto, film ganador del Gran Prix del Jurado en Cannes el pasado año, se aúna la esfera pública con la esfera más íntima para contarnos el relato de un grupo de seropositivos, homosexuales y personas implicadas, que luchan y cuya máxima es vivir y salir adelante pese la enfermedad.

Así pues, la película es un alegato contra la pasividad de instituciones y laboratorios farmacéuticos ante una de las grandes epidemias del siglo XX. Para ello se sirve de las acciones que realiza Act Up, tanto de protesta como de información para la prevención en colegios. A través de las reuniones entre sus miembros descubrimos que, aunque cada uno poseía su caracter distinto y su particular manera de proceder, les unía la necesidad de hacer frente común a la hora de conseguir soluciones, removiendo consciencias con sus acciones, ante la indiferencia, la pasividad y el rechazo social.

Por otra parte, 120 pulsaciones por minuto se centra en la relación entre dos de los miembros de Act Up, Sean,-un intenso Nahuel Pérez Biscayart-, un joven seropositivo lleno de energía y de rabia interior,pero que en el fondo esconde una gran vulnerabilidad; y Nathan -un efectivo Arnaud Valois-, un homosexual que vive atormentado por algunas relaciones en su pasado. Ambos se desearán, se enamorarán y se necesitarán, teniendo que hacer frente al avance de la enfermedad de uno de ellos.

Aunque la película trata un tema potente de manera valiente y arriesgada, y su combativo mensaje de prevención y conscienciación ante la enfermedad sigue siendo de máxima actualidad hoy en día, se resiente por un metraje algo alargado (144 minutos) y por la repetición de algunas ideas. Es una lástima que una propuesta que podría haber sido tan brillante se quede tan sólo en una buena película que, eso sí, agitará mentes y no dejará al espectador indiferente.

SONIA BARROSO.-

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