MR. WAIN: AMOR, ELECTRICIDAD Y MININOS

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Mr Wain (La eléctrica vida de Louis Wain) es una rareza. A simple vista podría estar entre el subgénero de «tacitas» (es decir, películas destinadas a señoras) y el melodrama romántico con tintes biográficos y, aunque es cierto que combina varios de estos elementos con soltura y desacomplejadamente, la película va más allá por varios motivos.

Una, por las entregadas interpretaciones de Benedict Cumberbatch como el excéntrico Louis Wain, inventor, artista y enamorado hasta la médula de Emily, encarnada por Claire Foy. Ambos cuando están juntos en pantalla están arrebatadores, su química y su historia de amor es sencillamente adorable, aunque no en el sentido más cursi y sensiblero de la palabra. En su amor saltan chispas y se percibe como auténtico y encantador a ojos del espectador, que no puede sino rendirse ante Louis y Emily y una love story que no estará exenta de obstáculos y dificultades, como toda gran historia romántica que se precie.

Dos, por la manera tan pictórica de narrar una historia que de otra manera sería un melodrama romántico más. Nos hallamos ante muchas escenas que son auténticos cuadros impresionistas. Es realmente maravilloso ver el mimo y la delicadeza con que ha tratado la planificación de las mismas su director Will Sharpe. Una manera de narrar entre la fantasía y la realidad, lo pictórico y lo tangible, que la hacen única y hermosa.

Tres, por la historia, que es un biopic ambientado en el siglo XIX, en plena efervescencia de la sociedad victoriana, aunque Louis Wain quizás no sea tan reconocido por nuestros lares, sus pinturas y el hecho de ejercer de curioso y amante observador de la vida gatuna le dieron una personalidad única, no en vano algunas de sus láminas sobre los gatos son auténticas obras de arte.

En definitiva, un melodrama romántico vestido de biopic (¿o debería decir al contrario?) que contentará a los admiradores de Benedict Cumberbatch -que hace, de nuevo, una interpretación digna de premios-, a los de Claire Foy y a aquellos que quieran dejarse cautivar por la grandeza de las pequeñas historias que acaban siendo extraordinarias, a pesar de todos las dificultades que se pueden hallar por el camino. Una hermosa historia sobre un hombre extravagante que se enamoró de una mujer que lo complementaba a la perfección, así como se sintió fascinado por la electricidad y por mundo gatuno, pasando de llevar una vida gris y monótona a una existencia mucho más sublime. Una película  para dejarse llevar, ya que, como he comentado anteriormente, las escenas pictóricas son una verdadera maravilla para los sentidos y para los amantes del arte. Y, aunque no sea perfecta, Mr. Wain, que servidora pudo ver en BCN Film Festival, es tan curiosa como recomendable. No os la perdáis.

SONIA BARROSO.-

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