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EL HOMBRE DEL NORTE: EL DESTINO TRÁGICO DE AMLETH
abril 20, 2022 Articulos

¿Qué pasaría si Robert Eggers se hubiera encontrado en una especie de máquina del tiempo y puesto a charlar con William Shakespeare cuando estaba escribiendo Hamlet, su tragedia sobre el príncipe de Dinamarca, y mientras tanto se le hubieran cruzado en su camino algunos pobladores escandinavos de esos que dan nombre a leyendas de la mitología nórdica? En El hombre del Norte un director tan personalísimo como Eggers quien, con solo 38 años puede presumir de tener un universo propio cinematográfico reconocible con solo dos películas, La bruja y El faro. guioniza una tragedia shakesperiana llevándola al siglo X.

Su protagonista, el príncipe Amleth -ya veis por su nombre la referencia literaria del Bardo de la que parte- al que da vida con su poderosa fuerza física Alexander Skarsgard -en uno de los roles que van a marcar su carrera-tendrá que afrontar su destino y vengar la muerte de su padre para salvar a su madre. Para ello, se verá obligado a exiliarse como esclavo hasta Islandia y allí hacer frente a su malvado tío Fjölnir. A grandes rasgos, esta tragedia, que podría ser el antecedente claro de Hamlet, se viste de mitología nórdica y de brujería, aspecto que la acerca a las texturas e imaginería ya conocidas en La bruja, su ópera prima.

Salvaje, descarnada, visceral, sangrienta…Eggers filma desde la entrañas una historia de honor y venganza más grande que la vida. The Northman es una de las experiencias cinematográficas más extremas vistas en el cine contemporáneo, a caballo entre el cine de terror, la tragedia shakesperiana y el drama mitológico. Como ya conocemos la historia de la que parte y el lenguaje visual es tan sensorial, rico y apabullante pienso que no le harían ni falta diálogos para sustentar esas imágenes y escenas. Algunas de ellas parecen auténticos lienzos del horror y de la locura, que se derivan de unos lazos familiares pervertidos por la lujuria, la ambición y la traición.

La trama no es lo importante, sino la manera de narrar y de sumergir al espectador en una espiral claustrofóbica y asfixiante, tanto como el destino de Amleth, que pesa como una losa sobre su consciencia y sobre su vida. como hemos dicho Skarsgard es la fuerza bruta, aunque a su lado, Olga, la bruja eslava que interpreta Anya Taylor Joy es el contrapunto del protagonista, con su ingenio y su razón. No en vano, los secretos de las mujeres van a ser revelados de forma salvaje y sus acciones también han de ser tomadas en consideración. La madre de Amleth (Nicole Kidman) también es otro de los motores emocionales de la trama, ya que se encuentra entre su marido, el rey Aurvandil (Ethan Hawke), curtido en mil batallas y su hermano Fjölnir (Claes Bang). Testosterona o fuerza bruta frente a ingenio, emociones y pasión. Sobre estos dos ejes bascula también una película desgarradora e impactante que confronta dos mundos, el escandinavo frente al eslavo y las fuerzas del hombre frente a las nornas del destino que tiene que acatar o acallar.

La ultraviolencia de la trama está completamente justificada y no sólo viene dada por el derramamiento de sangre, sino por las atroces y viscerales decisiones vitales de los protagonistas. Unas decisiones que marcarán sus destinos y les unirán o les separarán irremediablemente.

En definitiva, Robert Eggers narra con brío su película aparentemente «más accesible», convirtiéndola en una tragedia shakesperiana con elementos de mitología nórdica, y llevándosela a su terreno, a un universo cinematográfico lleno de barbarie y sufrimiento, con secuencias que el espectador no podrá sacar de su retina ni de su mente fácilmente. Una auténtica gozada para los sentidos que merece ser vista en pantalla grande. Y, como la que firma esta crítica salió extasiada de verla, no puedo más que recomendarla. No puede explicarse con palabras.

SONIA BARROSO.-

 

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